Maneras de hacer frente a la micción frecuente durante el embarazo
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Todos hemos oído que el embarazo pone la vejiga a cien por hora, ¿verdad? Entonces, ¿por qué las idas al baño de repente son menos frecuentes? A medida que el bebé crece y empieza a moverse, su posición puede modificar la presión sobre la vejiga y los patrones de micción. Sin embargo, orinar con poca frecuencia también puede ser un signo de una afección más grave, por lo que debes estar atenta a otros síntomas si crees que algo va mal ahí abajo.
Una de las causas habituales de la micción infrecuente es la deshidratación, una afección que debes evitar a toda costa durante el embarazo. Una hidratación inadecuada puede deberse a un exceso de vómitos o diarrea, pero lo mejor que puedes hacer es beber mucha agua. La disminución de la producción de orina también podría ser un signo de infección urinaria, fácilmente tratable pero preocupante. Aún más peligrosa es la posibilidad de enfermedad renal o preeclampsia, que se caracteriza por hipertensión arterial y aumento del contenido de proteínas en la orina. La micción infrecuente durante más de uno o dos días debe explorarse más a fondo, ya que puede ser sintomática de una de estas afecciones graves.
Micción frecuente embarazo o uti
Para muchas mujeres, orinar con frecuencia es uno de los primeros síntomas del embarazo. Las hormonas estimulan los riñones para que se expandan y produzcan más orina, lo que ayuda al cuerpo a eliminar más rápidamente los residuos sobrantes. Y a medida que el bebé crece, su peso puede presionar la vejiga, por lo que tendrás que orinar con más frecuencia. Sigue leyendo para saber más sobre este síntoma común del embarazo.
Si orinas con frecuencia al principio del embarazo, puedes agradecer los cambios hormonales que aumentan la producción de orina. El útero, que normalmente tiene el tamaño de un puño, también crece y se estira para dar cabida al bebé. El útero agrandado ejerce presión sobre la vejiga y contribuye a las ganas de orinar, explica el Dr. Richard H. Schwarz, asesor obstétrico de March of Dimes.
La mayoría de las mujeres sienten un alivio temporal de las ganas frecuentes de orinar en el segundo trimestre. Esto se debe a que el útero se eleva más en el abdomen y se aleja de la vejiga. Pero no esperes que este alivio dure mucho, ya que es probable que este síntoma reaparezca en el tercer trimestre. El bebé desciende por la pelvis para prepararse para el parto, lo que vuelve a ejercer presión sobre la vejiga.
Micción nocturna frecuente durante el embarazo
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Tosin Odunsi, MD, MPH, es médico ginecólogo y obstetra certificado y fundador de The Mentorship Squad para promover la diversidad en la medicina, una comunidad de mujeres negras y latinas que buscan mentores en su camino para convertirse en médicos estadounidenses.
Orinar con frecuencia forma parte de la experiencia del embarazo. Puede ser emocionante cuando lo notas por primera vez y te das cuenta de que estás embarazada. Luego, durante los últimos meses, la micción frecuente causada por el embarazo puede resultar un poco molesta, ya que a menudo interfiere con el sueño.
Algunas embarazadas sólo notan cambios leves y van al baño con la misma frecuencia o sólo un poco más que antes. Otras experimentan cambios mucho más notables y sienten que van constantemente al baño durante el día y la noche.
Micción frecuente en el segundo trimestre del embarazo
A veces parece que las ganas de orinar aparecen en el peor momento, enviándote al baño cuando preferirías estar en cualquier otro sitio. A todos nos pasa de vez en cuando. Pero si te ocurre una y otra vez, puede parecer que tu vejiga te controla a ti, y no al revés.
Orinar con frecuencia significa tener que orinar más veces de lo habitual en un día normal. Cada mujer sigue su propio ritmo, pero, por lo general, orinar entre 6 y 8 veces en 24 horas se considera normal para alguien que goza de buena salud y no está embarazada. Si lo hace con más frecuencia, es posible que esté orinando con frecuencia.
La micción frecuente puede ocurrir por sí sola y no siempre es signo de un problema de salud. Pero si aparece junto con otros síntomas, como fiebre o sensación de quemazón al orinar, tu médico querrá considerar la posible relación con otras afecciones pélvicas. En cualquier caso, entender por qué tienes tantas ganas de orinar es el primer paso para conseguir alivio. Y a menudo, un tratamiento personalizado puede ayudar a detener la micción frecuente y permitirte volver a la vida según tus propios horarios.