Embarazada de 38 semanas y caí de rodillas
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El principal síntoma de la disfunción de la sínfisis púbica es el dolor en la parte anterior de la cintura pélvica, pero muchas mujeres también se quejan de dolor lumbar, dolor en las piernas o dolor abdominal bajo. Las mujeres que experimentan dolor también pueden caminar con paso de pato y tener dolor al andar, levantar y transportar objetos, rodar en la cama, subir escaleras, entrar y salir del coche y estar de pie. Cualquier actividad que requiera un movimiento asimétrico de las piernas puede causar dolor debido a las fuerzas de cizallamiento en la sínfisis púbica.
El diagnóstico suele basarse únicamente en los síntomas, ya que muchas técnicas de diagnóstico por imagen no se recomiendan durante el embarazo. La ecografía puede utilizarse durante el embarazo y, si los síntomas persisten después del embarazo, puede estar indicada una radiografía pélvica o una resonancia magnética.
Muchas mujeres que sufren disfunción de la sínfisis púbica durante el embarazo responden favorablemente a la fisioterapia. El tratamiento puede incluir movilización/masaje de tejidos blandos, ejercicios de fortalecimiento y estabilización para mejorar el apoyo de la cintura pélvica, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, ejercicios posturales y educación sobre mecánica corporal y estrategias para minimizar el dolor con las actividades de la vida diaria. No se recomienda la medicación antiinflamatoria durante el embarazo, pero aplicar hielo en la sínfisis púbica con regularidad puede ayudar con el dolor y la inflamación, y calentar la musculatura circundante puede disminuir el espasmo muscular y la tensión para reducir el dolor. Las ortesis o los soportes externos también pueden ser beneficiosos para proporcionar estabilidad adicional y disminuir el dolor con la actividad.
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Algunas mujeres pueden desarrollar dolor pélvico durante el embarazo. A veces se denomina dolor de la cintura pélvica relacionado con el embarazo (PGP) o disfunción de la sínfisis púbica (SPD). El dolor pélvico es un conjunto de síntomas molestos causados por la rigidez de las articulaciones pélvicas o por el movimiento irregular de las articulaciones de la parte posterior o anterior de la pelvis.
¿Es normal sentir dolor ahí abajo durante el embarazo?
El dolor vaginal es una parte normal del embarazo para la mayoría de las personas. Aunque algunos pequeños cambios en el estilo de vida pueden ayudar, el médico es la mejor fuente de orientación, sobre todo en los últimos trimestres. Además, hay varias opciones disponibles para tratar el dolor vaginal del embarazo que puedes investigar.
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El dolor en la cintura pélvica (DPC) hace referencia al dolor o las molestias en la zona lumbar o la pelvis durante el embarazo. El dolor también puede extenderse a la parte superior de los muslos y al perineo. Durante el embarazo, los ligamentos pélvicos se relajan y otras articulaciones adquieren mayor movilidad. Esto puede provocar dolor en la zona pélvica. El dolor de la cintura pélvica suele desaparecer sin tratamiento después del parto, aunque los síntomas pueden reaparecer en futuros embarazos.
Si padece PGP, es posible que sólo tenga molestias leves en la pelvis o la espalda. O puede tener un dolor intenso que le dificulte sentarse, estar de pie, caminar y desplazarse. Cada persona tiene un nivel diferente de dolor o molestias.
Algunas personas tienen más probabilidades de padecer PGP que otras. Si ha tenido dolor de espalda o pélvico antes del embarazo o ha tenido PGP en un embarazo anterior, tiene más probabilidades de tener PGP en el embarazo actual. Si ha sufrido una lesión de espalda o pélvica, también tiene más probabilidades de desarrollar PGP. Otros factores de riesgo del PGP son el número de veces que ha estado embarazada, el trabajo físicamente exigente, el sobrepeso, la angustia emocional o el tabaquismo.
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La Dra. Monique Rainford es especialista en ginecología y obstetricia y actualmente es profesora clínica adjunta en Yale Medicine. Fue jefa de ginecología y obstetricia en Yale Health.
El dolor pélvico durante el embarazo puede ser una parte normal de la adaptación a los cambios físicos en el abdomen y la pelvis, o incluso contracciones de Braxton Hicks. Pero como también puede ser signo de un quiste ovárico, una infección o un parto prematuro, siempre debes comentárselo a tu profesional sanitario.
Durante el embarazo, es posible que veas un bulto en medio del abdomen. Los dos lados del recto abdominal -los músculos que van de la parte superior a la inferior del abdomen- pueden estirarse y separarse durante el embarazo, provocando una diástasis de rectos.
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La mayoría de las mujeres sufren de vez en cuando una infección por hongos conocida como candidiasis vaginal. Provoca picor, irritación e hinchazón de la vagina y la zona circundante, a veces con un flujo blanco cremoso similar al requesón.
Muchas mujeres tienen cándida en la vagina sin que les cause ningún síntoma. Las hormonas presentes en las secreciones vaginales y las bacterias vaginales “amistosas” mantienen el hongo bajo control. Los problemas surgen cuando se altera el equilibrio natural de la vagina y la cándida se multiplica.
La candidiasis vaginal puede transmitirse a veces durante las relaciones sexuales, pero no se considera una infección de transmisión sexual (ITS). No obstante, si tienes candidiasis vaginal, es mejor que evites las relaciones sexuales hasta que hayas completado un tratamiento y la infección haya desaparecido.
El riesgo de contraer candidiasis es mayor durante el embarazo. Los cambios en los niveles de hormonas femeninas, como los estrógenos, aumentan las probabilidades de contraer candidiasis bucal y de que reaparezca.
No te recetarán un tratamiento oral porque podría afectar a tu bebé. Es probable que te receten un pesario contra la candidiasis vaginal, como clotrimazol, nistatina o miconazol, que deberás utilizar entre 3 y 7 días.